
Hernia Discal
Columna
La hernia discal es la salida del contenido del disco intervertebral (núcleo pulposo) a través de la zona periférica (anillo fibroso) en dirección posterior pudiendo entrar en contacto con las raíces nerviosas y el canal medular.
Hablamos de protrusión discal cuando el núcleo empuja una zona más débil del anillo generalmente en dirección posterior o posterolateral, provocando la deformación del disco.
Cuando el núcleo rompe el anillo, pero se mantiene in situ, hablamos de prolapso.
Finalmente, cuando el contenido del disco atraviesa el anillo y llega hasta el canal medular, hablamos de hernia extruida.
El síntoma dominante en la patología del disco es el dolor. Este dolor varía en cuanto a intensidad y localización en función del paciente, siendo frecuente la irradiación del dolor a un miembro, inferior o superior, en función de la localización de la hernia (cervical o lumbar).
Además del dolor pueden existir alteraciones de la sensibilidad, descritas por los pacientes como sensación de hormigueo, de la fuerza y de la movilidad, que traslucen una afectación neurológica de mayor magnitud.
El diagnóstico de la hernia discal es clínico y radiológico. Inicialmente para la primera aproximación diagnóstica es necesario un estudio radiológico simple con radiografías antero posteriores y laterales.
En mucha ocasiones se hace necesaria la realización de una prueba más específica como es la resonancia magnética, que nos aporta información sobre el estado del disco y la afectación neurológica.
El tratamiento de la hernia discal dependerá de cada paciente, siendo fundamental la valoración por parte del especialista.
Inicialmente, el abordaje terapéutico de la hernia discal es conservador, con analgésicos, antiinflamatorios y fisioterapia.
Si este tratamiento no resulta efectivo, se puede contemplar el tratamiento quirúrgico.
Copyright 2012. Dr. Álvaro Morales Villaescusa.
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